Compraron departamentos desde el pozo y los estafaron: todo lo que hay que saber para no caer en la trampa
LA ORGANIZACIÓN QUE VENDÍA HASTA 5 VECES EL MISMO DEPARTAMENTO DISPARÓ LAS ALARMAS. QUÉ PRECAUCIONES TOMAR Y CÓMO AVERIGUAR SI LA EMPRESA ES SOLVENTE.
Por años, comprar un departamento “desde el pozo” fue visto como una oportunidad. Un acceso posible al sueño de la casa propia, con precios más bajos que los del mercado final. Pero ese sueño, si no se toman recaudos, puede transformarse en una gran pesadilla.
Una historia que pudo reconstruir Clarín está llena de casos en los que compradores pusieron sus ahorros, incluso toda su vida, en proyectos que no se concretaron. El caso de las familias estafadas por el clan L’Abbate, que invirtieron y, tras años de espera, descubrieron que los departamentos habían sido vendidos varias veces y, en algunos casos, las obras ni siquiera habían comenzado. “Fuimos estafados. Nos robaron todos nuestros ahorros de años y el sueño de tener algo propio”, relató una damnificada a este medio.
José Rozados, referente de Reporte Inmobiliario, fue claro: “No es sencillo pero tampoco nada imposible con un asesoramiento adecuado. El riesgo cero nunca se tiene ya que se está participando del riesgo de terceros involucrados en todo un proceso que llevará, como mínimo, entre dos o tres años. Pero sí es posible minimizarlo”.
LOS PASOS CLAVE PARA EVITAR UNA ESTAFA
Para Rozados, lo primero es “no dejarse seducir por el ‘canto de sirenas’ de las publicidades que apelan al precio, a una calidad única, a amenities exclusivismos y otras atracciones.” Por otro lado, propone analizar bien el tipo de unidad ofrecida y del emprendimiento que lo contiene. Las especificaciones técnicas sobre materiales y calidades comprometidas. Y también revisar los antecedentes de la empresa, la experiencia y el cumplimiento. Y en el caso de no contar con experiencia, cuál es su conformación social y las garantías adicionales que presenta.
México 1640. Uno de los inmuebles de la estafa que ya tiene cinco detenidos. Foto: Matías Martin Campaya. “Hacer ver el contrato por un abogado especializado en el tema y verificar también que cuente ya con planos aprobados. Esto último es central para evitar que la obra pueda ser paralizada y/o modificada a partir de exigencias del ente regulador”, advierte Rozados sobre los pasos a seguir antes de firmar el contrato.
Damián Caffarella, dueño de una inmobiliaria en Barracas, explicó que lo que hay que averiguar primero es quiénes son los integrantes de la sociedad. Y si hay un fideicomiso, dice que hay que hacer un paréntesis, ya que “todas las partes son responsables de la obra.”
También explicó que los materiales aumentan incluso si el dólar baja, y que eso puede afectar todo el plan financiero. “Lo importante es que la constructora haya terminado por lo menos unas 10 obras, eso es lo importante.”
EL ROL DE LAS INMOBILIARIAS Y EL TERRENO
Otro aspecto clave es el prestigio de la inmobiliaria y la situación legal del terreno. “Que la inmobiliaria que esté comercializando haga tanto el boleto, que lo certifiquen, y que los que están certificando sean los miembros de la sociedad,” remarcó Caffarella.
Y advirtió: “El terreno, si está hipotecado, puede estar hipotecado a través de la situación de permuta por metros cuadrados, que lo veo muy bien.”
Lo que no puede pasar, aunque pasa, es lo que había hecho la familia L’Abbate: “Habían vendido 5 o 6 veces el mismo departamento y esas cosas no deberían de pasar,” manifestaron a Clarín.
SE PUEDE, PERO NO A CIEGAS
Comprar desde el pozo no es una locura si se toman todos los recaudos. La experiencia, tanto en las buenas como en las malas, enseña que hay elementos que no se pueden dejar de chequear: quién construye, quién vende, quién es dueño del terreno, cuántas obras terminaron, si hay planos aprobados, si hay fideicomiso y cómo se gestiona.
“También es muy importante, y lo mejor para todos, si la inmobiliaria que está representando la constructora tiene bastante prestigio en la zona, o si es una inmobiliaria constructora, cuántos edificios ha construido,” remarcaron los especialistas consultados por Clarín.
Además de asegurar que hay que estudiar y saber quiénes son los dueños o los socios de las sociedades anónimas. “Muchas veces pasa que los miembros de la sociedad son Juan Pérez y alguien más, y nadie los conoce; entonces, los que están atrás del negocio directamente arman la sociedad para estafar a la gente,” explicó Caffarella.
El final de esas historias depende de muchas variables. Pero el principio, siempre, debe estar marcado por una investigación rigurosa de cada persona que esté preparada para invertir sus ahorros en el sueño de la casa propia. Porque en el pozo no sólo se hunde la plata, sino que muchas veces se entierran años, confianza, y hasta la ilusión de un hogar.