# El crecimiento y los precios de las propiedades en el lugar del país que más creció en habitantes en los últimos años
En el fin del mundo, se levanta una provincia argentina, de entre las más jóvenes del país, que lidera el ranking de crecimiento poblacional porcentual (en términos relativos) de los últimos años, según el censo del 2022. Tierra del Fuego vive desde fines de los 90 un auge en el turismo, potenciado por sus atractivos naturales y deportivos, como el ski. Desde hace unos años, también fue emergiendo un público que eligió estas tierras, pero para instalarse allí de forma permanente.
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur se consagró como provincia en 1990, convirtiéndose, así, en la más joven de la Argentina. Aunque todavía es muy nueva en la historia del país, vivió un crecimiento vertiginoso en los últimos años, dado que pasó de contar con 127.205 habitantes en 2010 a 190.641 en 2022, año en que se hizo el último censo. Es decir, creció un 49,87% en tan sólo 12 años; otras provincias tuvieron un aumento mayor de población en términos absolutos, pero, porcentualmente, la provincia más austral fue la que más creció.
Ushuaia destaca por tener la temporada de nieve más larga en la Argentina. Al poco tiempo de su nacimiento, en el año 1999, surgió el Cerro Castor a las afueras de su capital -la ciudad de Ushuaia-. Desde entonces, una nueva zona de la Argentina empezó a tomar protagonismo en el turismo: la calidad y permanencia de la nieve atrajo esquiadores de todo el planeta, desde turistas europeos, hasta deportistas norteamericanos.
Uno de las medidas que colaboró en el poblamiento de la zona fueron los beneficios impositivos. Desde el año 1972, se encuentra vigente la ley 19.640, que brinda ciertas ventajas a quienes se instalen por la zona, eximiéndolos del “pago de todo impuesto nacional a los hechos, actividades y operaciones que se realizan en Tierra del Fuego”. Esta ley contempla la exención del impuesto a las ganancias, el IVA, bienes personales y otros tributos, así como una reducción del 50% en el impuesto de sellos.
Aunque esta medida llevó a que, al inicio, mucha gente se instalara de paso para trabajar unos años, juntar ahorros y luego volver a su provincia de origen, hacia el 2006, algunas familias decidieron empezar a quedarse; pobladores que emprendieron industrias y comercios, ayudando a que se diera un crecimiento demográfico estable, sobre todo al oeste de la ciudad.
Además, hacia el año 2020, creció como un punto de atractivo turístico para los mismos argentinos. En medio de todo esto, han surgido emprendimientos inmobiliarios que buscan satisfacer la demanda de vivienda.
Entre los proyectos inmobiliarios que emergieron en la ciudad, uno busca brindar techo, pero en medio de los atractivos naturales de esta peculiar ciudad. A sólo 15 minutos de Ushuaia, con vista al canal Beagle, la urbanización Costa Susana de casi 300 hectáreas combina lotes y edificios en una zona con montaña y bosque nativo, reservando 231 hectáreas para preservación.
“Empezamos a desarrollar en la provincia hace 25 años y en un momento nos desplazamos hacia el oeste de la capital, dado que la gente empezó a elegir esa zona para instalarse”, explica Melitón González del Solar, desarrollador inmobiliario. Asegura que ya vendieron 190 lotes que arrancan en los 600 m2 y llegan a los 900 m2, y restan 30 más por vender. Dada la consolidación del lugar, los terrenos han experimentado una revalorización del 50%, mientras que el valor del metro cuadrado de los departamentos ha pasado de US$ 2200 a US$3000.
Actualmente, el emprendimiento Costa Susana cuenta con 90 familias viviendo de forma permanente, aunque “buscamos que vivan unas 300 en total”. Sin embargo, un 15% de los propietarios no reside de forma permanente.
También existe una parte del proyecto destinada a un público inversor, con desarrollos de media densidad, como el edificio Keter, que cuenta con 14 departamentos de entre dos y tres ambientes. La última reventa de un tres ambientes se hizo por US$240.000. El proyecto incluye varios edificios destinados a un público inversor, cuyas propiedades son lucrativas y están equipadas con amenities.
Por María Josefina Lanzi