Flipping: invertir en propiedades con alto potencial de rentabilidad
En el mercado inmobiliario, la compra de una propiedad usada, su renovación y posterior venta en un plazo breve para generar ganancia denominado flipping se ha convertido en una estrategia cada vez más extendida.
En un escenario donde aún existen valores por debajo del costo de reposición, especialmente en unidades antiguas, esta modalidad representa una forma de inversión dinámica y dolarizada, aunque no exenta de riesgos.
“En general, se trata de un negocio que se viene manteniendo con buenos márgenes (dependiendo el producto) y, por lo general, apunta a un público joven con ganas de hacer una remodelación a bajo costo que luego tenga una salida rápida”, explica Mariano Saleh.
Caballito, uno de los barrios más demandados para el flipping. El titular de la inmobiliaria y desarrolladora ESV Propiedades agrega que las zonas más buscadas son Palermo, Belgrano y Caballito. En segundo lugar, se ubican Almagro, Boedo y Villa Devoto. Por último, están los barrios de Zona Sur de CABA, donde hay más productos activos pero la rotación es más lenta.
Propiedades antiguas
Ezequiel Wierz, CEO de la inmobiliaria Click, señala que muchos inversores están aprovechando unidades antiguas, bien ubicadas pero mal presentadas, para ponerlas en valor y venderlas a un precio competitivo. No se trata solo de refaccionar, sino de detectar oportunidades concretas donde una mejora inteligente realmente cambie la percepción y el valor del inmueble.
Los márgenes de ganancia pueden ser tentadores. Según Adolfo Espósito, gerente de oficina de la red inmobiliaria Century 21, “el margen ronda entre el 15% y el 30% sobre el capital invertido, en plazos que van de tres meses a un año”.
Una estimación similar asegura el director de la inmobiliaria Lanven, Álvaro Gallo Kaplan. “Según datos del mercado, se puede reportar beneficios de entre el 20% y el 40% sobre la inversión inicial. Pero también hay riesgos como los costos de obra, los temas estructurales, y la inflación. Además de la sobrevaloración de las propiedades y de la demora en las ventas”.
En cuanto al cálculo de la rentabilidad, todos los especialistas coinciden en destacar la importancia de contemplar todos los costos. La clave es buscar un equilibrio entre lo que se paga, lo que se invierte y lo que se puede recuperar, todo con una mirada muy práctica y realista del mercado.
Para alquiler temporal y corporativo
Por otro lado, aunque la estrategia principal del flipping es la venta, hay quienes analizan quedarse con la propiedad para alquilarla. “Si se apunta a alquiler temporario o corporativo, la renta puede superar el 8% anual en dólares”, plantea Espósito y aclara que “hoy, el flipping con destino a venta tiene mejor rentabilidad que el alquiler tradicional”.
Wierzba también considera el alquiler como una salida válida en ciertos casos: “Las unidades recicladas se alquilan rápido y bien. Dependiendo de la zona, pueden dejar una renta mensual en dólares, manteniendo el capital en ladrillos con chances de revalorización”.
En cambio, para Gallo Kaplan, de Lanven, en este contexto, conviene hacer flipping para ventas, ya que, si la venta es rápida, suele rendir entre 20% y 40%, y el capital se recupera rápidamente.
El flipping inmobiliario se presenta como una alternativa rentable para inversores con conocimiento del mercado, visión estratégica y capacidad de gestionar obras y tiempos con precisión.
Recoleta es una zona que concentra unidades antiguas. En un escenario de suba moderada de precios, la alta demanda de inmuebles antiguos con margen de mejora representa una forma inteligente de mover capital, dolarizar ahorros y obtener ganancias en dólares en plazos cortos.
“Es importante tener en cuenta que una buena rentabilidad no depende solo de comprar barato y vender caro sino de tomar decisiones inteligentes en cada una de las etapas del proceso”, advierten los especialistas.
Sobre la firma
Liliana Carbello, redactora en ARQ y Countries, especializada en real estate.
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